Era Lunes por la mañana, me desperté medio deshidratada por la gran cantidad de alcohol que había en mi cuerpo de toda la noche bebiendo. Cook ya no estaba en la cama. Me levanté y me puse la camiseta que él llevaba anoche, me quedaba muy grande y me tapaba lo suficiente, me encantaba vestirme con su ropa al despertarme.
No sabía si darme primero una ducha o ir al salón a buscarle, me decanté por el salón en cuanto escuché a Danny y Max jugando a la Play.
-Buenos días.
-¡Hey!- Dijeron Danny y Max al unisono sin quitarle la vista a la pantalla.
-Hola nena.- Cook me cogió por la cintura y me dio un beso, por la mañana sus besos siempre sabían a café, da igual la hora que fuera.- Podías ponerte algo que no estamos solos, parece que te gusta enseñar.
-No me había dado cuenta de Danny y Max, voy a por unos pantalones.- Sí me había dado cuenta pero no pensé que le molestaría, se me olvida que él me prefiere sólo para él.
Me puse unos pantalones cortos del cajón y volví con los chicos.
Me senté en el sillón encima de Cook, en la mesa se mezclaba los desayunos con la droga.
-¿Qué es?- No era normal ver tantas bolsas tan temprano.
-La nueva mercancía, estamos probándola, tienes que entregarla hoy. ¿Quieres?-Max me pasó el espejo con un par de rayas preparadas. Pero Cook lo cogió antes que yo y lo colocó de nuevo en la mesa.
-Primero come algo.- Me molestaba que hiciera eso, pero me gustaba que me cuidara tanto.
Fui a la cocina y me preparé una tazón de cereales y un té. Le hice también un café a los chicos, hoy iban a tener un día duro, demasiadas entregas y la policía demasiado cerca. No quería mostrarlo, pero esta situación me ponía nerviosa.
Cuando terminé de desayunar por fin pude probar la nueva cocaína que nos había traído de México. Era la primera vez que teníamos trato con narcotraficantes de allí, pero parecía buena.
-¿Te gusta?- Me preguntó nada más terminar de esnifar su parte.
-Sí, se nota el cambio, es más pura que la que vendíamos antes.
-Me gusta cuando te pones a hablar como una entendida.- Rodeó mi cuello con sus manos, echando mi pelo
hacia atrás y me beso con suavidad. Mis ojos se cerraron instantáneamente para disfrutar de él.
-Voy a ducharme.- Dije mientras nos separábamos aún con los ojos cerrados.
Fui al cuarto de baño, la ducha me despejó por completo, el agua caliente sobre mi espalda era lo que más me gustaba . Hoy tenía que ir al campus de la universidad a entregar todas las bolsas de coca mejicana que había sobre la mesa del comedor, las entregas me ponían nerviosa cuando eran en público, por eso siempre me daba largos baños antes.
Salí más relajada, me envolví en la toalla y fui al cuarto. No sabía como vestirme
-Cook, ¡Cook!- Lo llamé un par de veces para que me ayudara.
-No me grites, te lo he dicho mil veces. ¿Qué quieres?- Vino algo cabreado.
-Necesito que me ayudes ¿Qué me pongo? ¿Cómo van las chavalas a la universidad? ¿Le habéis dicho al cliente que iba a ir con algo en especial?- Los nervios volvían a mi.
-Ni vestirte para salir sola sabes ya. Ve normal, vaqueros, camiseta, no hay mucha complicación. Pareces idiota.- Sacó unos pitillos y una camiseta de manga corta del armario y me la lanzó- Y date prisa, vas tarde.
Me senté un segundo en la cama, debería de estar acostumbrada a sus cambios de humos pero aún me costaba un poco.
Rápidamente me vestí, me puse unas bambas a juego con la camiseta, era blanca con espirales rosas, al igual que los zapatos. Pinté mis ojos con abundante sombra, como siempre, cogí una maleta de instituto negra y fui a guardar las cosas.
Metí todo en la maleta, Danny me dio un archivador para que lo llevara en la mano y diera más el pego y me dijeron el sitio, la hora y como era el chico con el que me iba a encontrar.
Estaba dispuesta a salir de casa e ir a la facultad, me despedí de los chicos y le di un beso a Cook, el cual me paró cuando estaba a punto de irme.
-Nena, ponte la bufanda, no se te olvide anda.- Me acercó la bufanda, sonrió y me dió otro beso.
Yo me la puse pero antes me quedé tocando mi cuello desnudo, era raro, no recordaba que las cicatrices se notaran tanto.
Cogí la moto de Max y conduje hasta la universidad, allí me esperaría Jairo. Por lo que me habían contado era un tipo alto, moreno y con gafas, trajeado y con el pelo corto. Exactamente como todos los profesores de aquel campus...
Aparqué cerca de la entrada por lo que pudiera pasar, nunca me fiaba de estas entregas. Entré mochila al hombro. Busque la puerta de la cafetería donde me tenía que encontrar con él. Estuve esperando un rato pero nadie aparecía, me senté en el suelo y jugué con el móvil hasta una sombra me tapó la visión. Miré para arriba y allí estaba él, aunque no era como yo esperaba.
-¿Lute?- No podía ser el chaval con el que me habían citado.
-¿Moka? ¿Qué haces aquí? Pensaba que trabajabas por las mañanas como camarera- Estaba tan
extrañado como yo pero a él se le veía más feliz.
- Por casualidad tú no habrás quedado con un tal Cook ¿verdad?- Me levanté inmediatamente
-mmm No ¿Por qué?
-¿Max? ¿Danny?- Seguí preguntando para asegurarme
-No y no. ¿Qué pasa, Moka? - Su expresión cambiaba de feliz a curioso.
-Mejor. Nada, pero me harías un favor si te fueras.- Intentaba no mirarlo a él y mirar por encima de su hombro a ver si veía al tipo con el que realmente había quedado.
-¿Estás molesta por lo de ayer? Verás quería explicarte... no sé..-Le interrumpí.
-No, Lute, no estoy molesta, pero por favor, vete, ya hablamos.- Necesitaba que se fuera, si Jairo me ve con alguien más no iba a arriesgarse y era demasiado dinero.
-Pero por qué, ¿qué pasa?- Miró hacia atrás buscando lo que yo buscaba.
Entonces vi al hombre que me habían descrito, pero en cuanto me vio y vio que no estaba sola dio media vuelta. Yo cogí la maleta y salí detrás de él dejando a Lute solo.
Ya estaba a punto de alcanzarlo cuando paró.
-¿Jairo? Soy Mok...-No pude terminar la frase. Dos hombres me agarraron cada uno de un brazo. Los miré asustada e intenté soltarme pero me fue imposible.